Durante el taller de
comunicación con adolescentes del pasado viernes 29 de mayo, en la asociación
3 y más, me pidieron pautas de conducta para con sus hijos adolescentes, mi
contestación fue que la conducta inadecuada viene del malestar en cualquiera de
sus formas, por tanto, debemos conseguir sentirnos de la mejor manera posible,
y la conducta que fluya será coherente.
El pensamiento es previo al
sentimiento, y no al revés. Nuestra conducta va precedida por el sentimiento, y
consecuente por lo tanto con el pensamiento, al estar alineada con el
pensamiento fortalece y confirma nuestra forma de pensar, y se reproduce el
ciclo: PENSAMIENTO+SENTIMIENTO+CONDUCTA+PENSAMIENTO FORTALECIDO…
Para entenderlo
de otra manera podríamos utilizar el siguiente símil: El pensamiento es la
semilla, el sentimiento el árbol, y la conducta el fruto, que esconde una
semilla similar.
Expliquémoslo de otra manera: en nuestro pensamiento horneamos
nuestro sentimiento, en nuestro sentimiento es donde sufrimos o disfrutamos, y
en nuestra conducta evidenciamos lo que sentimos.
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse
con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el
propósito justo y el modo correcto, eso ciertamente no es tan sencillo”
Aristóteles. Ética a Nicómaco.
¿Cómo hacer caso a Aristóteles? El autoanálisis frecuente de los
sentimientos propios y la convicción de que éstos vienen provocados por mi
propio pensamiento me llevan a la siguiente conclusión: “si no me siento todo
lo bien que puedo sentirme en ésta situación, no estoy pensando todo lo bien
que puedo pensar”.
Martinez Bardají Psicología
Nos importa tu Salud!
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