lunes, 8 de junio de 2015

Tú decides como quieres relacionarte con el mundo y como no, con tu hijo


Durante el taller de comunicación con adolescentes del pasado viernes 29 de mayo, en la asociación 3 y más, me pidieron pautas de conducta para con sus hijos adolescentes, mi contestación fue que la conducta inadecuada viene del malestar en cualquiera de sus formas, por tanto, debemos conseguir sentirnos de la mejor manera posible, y la conducta que fluya será coherente.

El pensamiento es previo al sentimiento, y no al revés. Nuestra conducta va precedida por el sentimiento, y consecuente por lo tanto con el pensamiento, al estar alineada con el pensamiento fortalece y confirma nuestra forma de pensar, y se reproduce el ciclo: PENSAMIENTO+SENTIMIENTO+CONDUCTA+PENSAMIENTO FORTALECIDO…





Para entenderlo de otra manera podríamos utilizar el siguiente símil: El pensamiento es la semilla, el sentimiento el árbol, y la conducta el fruto, que esconde una semilla similar. 


Expliquémoslo de otra manera: en nuestro pensamiento horneamos nuestro sentimiento, en nuestro sentimiento es donde sufrimos o disfrutamos, y en nuestra conducta evidenciamos lo que sentimos.

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y el modo correcto, eso ciertamente no es tan sencillo” Aristóteles. Ética a Nicómaco.

¿Cómo hacer caso a Aristóteles? El autoanálisis frecuente de los sentimientos propios y la convicción de que éstos vienen provocados por mi propio pensamiento me llevan a la siguiente conclusión: “si no me siento todo lo bien que puedo sentirme en ésta situación, no estoy pensando todo lo bien que puedo pensar”.


¿Desde qué sentimiento quiero relacionarme con mi hijo/a?


Martinez Bardají Psicología

Nos importa tu Salud!

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